Así luce la puerta de Almodóvar, poderosa entrada a la judería de Córdoba, desde sus almenas lanzando primaverales proclamas, conjugadas para todos los públicos, porque esta estación es una llamada a eso, a florecer
, con todo lo que eso signifique para ti.
Dos sabios cordobeses que son inmortales por su contribución universal, por méritos propios.
La puerta y su entorno restaurados con acierto,
¿sabes por quién?
son un magnífico ejemplo, no el único, porque hay muchos más vestigios conservados, de nuestra muralla
que nos acompaña desde que la ciudad nace en época romana hasta hace… unos 150 años.
La muralla es el bien patrimonial más auténtico y duradero que Córdoba ha tenido a lo largo del tiempo. Eso deja huella y se nota en nuestro callejero y urbanismo.
Por eso es imagen de la ciudad misma, tiene recorrido, ¡y tanto, hasta casi 9 kms llego a alcanzar su perímetro! Y da juego, y aquí está la prueba con estas enormes y airosas tiras de tela, que hablan largo y tendido…
Está floreciendo,
viva, con alma y gritando «aquí estoy yo».
La puerta de Almodóvar «te pide» que saques lo mejor de ti y ella es todo un reclamo, así que ya sabes.
¿Qué otros tramos amurallados conoces?
¿Quieres que los busquemos?
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