La Córdoba de Ibn Hazm es una ficticia crónica de Ibn Hazm sobre la historia del periodo Omeya en al-Andalus a través de las anécdotas más inverosímiles, los personajes más ilustres y la recreación de la propia Córdoba califal documentada en las fuentes andalusíes. Un entretenido relato que ha resultado un éxito editorial por combinar rigor histórico y facilidad de lectura.

Una presentación de su obra

1.- Es uno de los personajes más importantes de la cultura occidental. Tanto por el valioso contenido de su obra como por el pensamiento crítico y lógico que transmite. Al igual que ocurre con Ibn Firnas, al-Gafequi o Wallada, nuestro relativo desconocimiento sobre él se debe a una visión sesgada y tradicionalista de la historia que ahora empezamos a sacudirnos.

No se despeñarían los imperios, ni caerían los reinos, ni se vertería con injusticia la sangre inocente, ni se profanaría lo sagrado, de no ser por las calumnias y la mentira.

2.- Es un ejemplo perfecto de “sabio de al-Andalus”, una figura típica en la edad media islámica que consagraba su vida a la búsqueda del conocimiento y el desarrollo de las artes y las ciencias. Además de sus hermosas composiciones poéticas —consideradas de las más importantes de la historia—, la obra de Ibn Hazm cuenta con crónicas históricas, exhaustivos estudios científicos, tratados jurídico-religiosos críticos con las tradiciones, e incluso un importante manual sobre el comportamiento humano que antecede a la psicología diferencial moderna.

Aquel que tiene una inclinación natural hacia una ciencia, incluso si ésta fuese menos noble que otra, no debe abandonarla por esa otra porque si lo hiciese sería como si alguien cultivase cocos en al-Andalus y olivos en India, cultivos que no fructificarán.

3.- Fue protagonista de un periodo crucial en la historia: la caída de la familia Omeya, la guerra civil y el comienzo de la época de Taifas. Su padre fue visir de Almanzor y él mismo se convertiría en un defensor a ultranza de la legitimidad de los Omeya, postura que le obligó a exiliarse de Córdoba en 1013 —con apenas diecinueve años— y le procuró una vida difícil en la que se vio obligado huir cada vez que el gobierno de la ciudad en que se encontraba cambiada de manos o de bando.

La ruina lo ha trastocado todo. La prosperidad se ha cambiado en estéril desierto; la sociedad, en soledad espantosa; la belleza en desparramados escombros, la tranquilidad, en encrucijadas aterradoras.

4.- Defendía la causa Omeya sin ser un fanático, de tal forma que defendía su derecho al trono pero reconocía sus defectos y humanidad en sus escritos, en los que tachaba al emir Abd Allah de ser un tirano sanguinario o relataba las tentaciones homosexuales de su padre Muhammad.

El imperio de los Banu Marwan de Oriente fue, a pesar de sus defectos, un imperio árabe; sus monarcas continuaron viviendo en las propiedades donde residían antes de convertirse en califas, no se preocupaban en acumular riquezas […] ni exigían el tratamiento de señor, ni pedían demostraciones serviles.

5.- Sus poemas amatorios son considerados —junto con los de su amigo Ibn Suhayd— de los más bellos y explícitos jamás escritos, y abarcan un amplio rango de aspectos de las relaciones sentimentales: referencias eróticas, temática homosexual, amor idealizado o críticas hacia su influencia en la razón.

Si mira, el que está vivo muere por su mirada.

Si habla, dirías que se ablandan las piedras.

Es el amor como un huésped que hizo alto en mi espíritu:

mi carne, es su alimento; mi sangre, su bebida.

6.- Era un hombre de principios al que no le temblaba la voz si tenía que alzarla, aunque con ello peligrase su propia vida. En una ocasión, criticaría al régulo de la Taifa de Sevilla mientras residía en la ciudad por sus ambiciones de expansión, y este respondería quemando sus escritos.

Y es que aunque queméis el papel nunca quemaréis lo que contiene, puesto que en mi interior lo llevo, viaja siempre conmigo cuando cabalgo, conmigo duerme cuando descanso, y en mi tumba será enterrado luego.

7.- Su mayor motivación era la búsqueda del conocimiento y él mismo afirmaría que nunca se formó lo suficiente. Limitaría la religión al ámbito jurídico y pondría en entredicho afirmaciones ancladas en los textos coránicos.

Los musulmanes no tenemos aún conocimiento definido de la edad de la Tierra. Podrían ser muchos múltiplos de las edades sugeridas por otros.

8.- Casi toda su obra contiene referencias autobiográficas, un hecho poco común que nos proporciona información sobre Ibn Hazm de su propio puño y letra. Así, él mismo nos relata cuándo y dónde nació con gran cantidad de detalle.

Nací en Qurtuba en el costado oriental, en el arrabal de Munyat al-Mughira [aproximadamente los alrededores de la actual iglesia de San Lorenzo], antes de la salida del sol y después de la salutación del imán, que corresponde a la oración de al-subh al final de la noche del miércoles, último día de la luna de ramadan al-mu’azzam del año 384 [7 de noviembre de 994], en la constelación de Escorpión.

9.- Era un profundo enamorado de su ciudad natal de Córdoba y volvía a ella siempre que le era posible, arriesgándose incluso a ser capturado. Escribió numerosas líneas cargadas de melancolía a causa del dolor que le producía verla devastada por la guerra civil.

Antes la noche era en ellos prolongación del día por el trasiego de sus habitantes y el ir y venir de sus inquilinos; pero ahora el día en ellos es prolongación de la noche en silencio y abandono. Mis ojos han llorado, mi corazón se ha dolorido, mis entrañas han sido lastimadas por estas piedras, mi alma ha aumentado en angustia […].

10.- Escribió El collar de la Paloma hacia 1023, que supone una de las obras más originales y completas jamás escritas, y una verdadera joya de la literatura andalusí. En sus páginas recoge sus propias reflexiones acerca de todos los aspectos del amor y las mujeres encuadradas dentro de capítulos representativos de cada una de las etapas, desde el cortejo a la ruptura, que además ilustra con una selección de sus propias composiciones poéticas y anécdotas ocurridas en la Córdoba andalusí a personajes de gran relevancia. Este libro, del que actualmente se encuentran dos traducciones completas disponibles, es una detallada visión de la tolerancia y relativa igualdad del al-Andalus de los Omeya y supone una valiosa fuente de información social, política y urbanística de la Córdoba de época califal, y una inigualable antología de poesía andalusí.

Un poeta de Córdoba compuso unos versos amatorios dedicados a Subh, madre de al-Mu’ayyad [Hisham II]. Un día, una esclava, al ser introducida a la presencia de al-Mansur Muhammad ibn Abi Amir [Almanzor] para ver si la compraba, los cantó, y al-Mansur dio orden de que la mataran.

Sobre el Autor Daniel Valdivieso

Se dedica al estudio de las fuentes andalusíes y a su difusión; actualmente colabora con las actividades organizadas por la dirección de Madinat al-Zahra.