Hemos elaborado este buzón de sugerencias FESTIVAL DE LAS CALLEJAS 2018 – ¡al final hizo un tiempo espléndido! – con la suma de todas vuestras valoraciones, donde recogemos lo mejor y lo mejorable de esta edición además de algunas propuestas para la siguiente, que seguro, llegará en el 2019. A ver si se materializan en pleno.
1 SELLADO a la ligera: al no haber un “punto de sellado” del pasaporte “callejuelo” en cada una de las callejas, podías conseguir que te sellaran todas las de ese barrio, del tirón, de una vez, (yendo directamente al punto de información habilitado en cada uno de los 5 sectores) sin que las autoridades competentes puedan comprobar si has completado el recorrido o no. Es un sistema confiado, bienintencionado, pero poco escrupuloso. Con picaresca, la trampa está servida.
2. CIFRAS BIEN ENCAMINADAS: el Festival ha demostrado que la iniciativa público –privada funciona y es fundamental para sacar adelante proyectos de ciudad. Avalan su buena acogida por ejemplo el número de reproducciones del vídeo promocional y que se agotara el kit de bienvenida de veinte mil planos y pasaportes. La señalética como imagen corporativa – un cestito de mimbre- nos parece bien escogida y eficazmente encajada al marcar visualmente con encanto y un toque artesano muy auténtico cada una de las paradas: se localizaban a distancia.
3.CARTELAS MUY “LITERALES”: la presentación, en forma de panel explicativo a la entrada de cada una de las 52 vías de esta edición, (algunos parecen reciclados de la edición anterior) aunque muy textual, era correcta para resolver curiosidades y conocer en líneas generales los aspectos más destacables de cada una. En algunas, es lo mejor que ofrece, lo que “la salva” – esa contextualización -, porque como tal, la callejuela a simple vista no aporta mayor atractivo, ni un reclamo aparentemente potente a día de hoy.
* Por eso proponemos: incluir en algunas de ellas (en la cartela) un sistema tipo código QR que a través de planos antiguos, fotos o grabados (conservados en el archivo Histórico Municipal por ejemplo) rescate y “reubique” in situ elementos desaparecidos. Eso ayudaría a ir más allá de la evocación histórica árida, un poco “nostálgica” y estática que brinda la cartela sin más… viendo la calle más viva en el tiempo.
4. TRABAJO EN EQUIPO Y SUMA DE ESFUERZOS: tal y como ha señalado la organización, los hosteleros –que se benefician de esta cita y harán caja gracias a ella – deben implicarse más (tanto económica como promocionalmente) así como los patrocinadores, crecer en número y aportación. También debería reconocerse de alguna manera a los vecinos “afectados”, los moradores de estas milenarias vías, por su entregada colaboración y llevar con paciencia y a la vez orgullo la masiva invasión popular de su terreno estos días.
5. Hay que extremar aun más la LIMPIEZA y la VIGILANCIA de estas vías en zona Patrimonio de la Humanidad!, porque al ser estrechas, oscuras, intimistas,, vericuetas… corren peligro de servir de improvisado urinario, vertedero, o … a saber.
6. UNAS MÁS FESTIVAS QUE OTRAS: ahí lo ves en el programa. Ha habido buen número y diversidad de interesantes actividades recreativas, ¡ gratuitas! la mayoría (salvo las teatralizaciones cuya entrada se sacaba en la sede de calle Cabezas), que las han llenado de sentido – como recreaciones históricas, degustaciones de vino, puestas en escena de artesanía (por ejemplo, en la calle Zapatería Vieja el guarnicionero mostraba cómo se curte la piel y se fabrica bolso, sillas, etc, a mano y con las herramientas del oficio – cuchillas, uñetas, leznas de medio punto… – a la vista.
Pero vemos necesario que sean más, más pases, (puntuales por favor) y en más vías de las 52 de esta edición: unas 18 son las que se han dinamizado (sin contar las que se incluían en itinerarios, como las que irradiaron en torno “a la luz de las callejas”) así que ¡si! unas estuvieron mejor posicionadas que otras en eso de dar juego, llamar la atención y tener poder de convocatoria.
Desde su singularidad, aquello que la hace especial y diferente, cada una sin excepción, debe aspirar a ser un reclamo en sí misma.
7.CALLEJUELAS MÁS INTERACTIVAS y POPULARES, Creemos que hay que trabajar que el visitante lejos de ser un espectador pasivo sea más protagonista en ellas, gracias a iniciativas que potencien lo lúdico, el intercambio enriquecedor de impresiones, el aprendizaje, la empatía. Que “Callejas” además sea una plataforma que “abra las puertas” al talento artístico que vive en ellas (oculto porque habita entre las paredes de la callejas, en sus casas particulares y porque el “artista” en cuestión lo lleva con discreción), además de promocionar y visibilizar la labor de colectivos 100% cordobeses (museos privados, escuela de herradores, asociación de arcabuceros, Escuela de Joyería, etc) que se hacen notar con sus propuestas en el transcurso del festival.
¿Cómo lograrlo?
– A través de talleres experimentales en la propia vía o en locales idóneos habilitados cerca (ya que algunos se hacían en estancias pequeñas y con aforo muy reducido) donde el público no solo sigue las características del oficio, y puede familiarizarse con el complejo paso a paso de sus procedimientos de la mano del maestro (video tutorial incluido ¿por qué no?) sino pasar a la acción y poder ponerse los allí presentes “manos a la obra”, sacar las destrezas artísticas que llevan dentro e incluso llevarse el resultado de recuerdo. Es más fácil entender así, en carne propia, el mérito de las creaciones artesanas, – no hay dos iguales -, fruto de un esfuerzo minucioso, del saber hacer más arraigado y de un nivel de exigencia y talento insuficientemente valorado.
– Convocar jornada “de puertas abiertas” de establecimientos cercanos (un guitarrista, el ebanista, academia de baile etc)
– ¿Qué tal música ambiental “de época” combinada con otras piezas de vanguardia? en vivo, o de fondo.
– Se podrían también sortear regalos de productos cedidos por los establecimientos y negocios que participan (trabajos en cuero, aceite, especias, joyas, etc), así la artesanía llega a las casas marcando la diferencia. ¡Un lujo!
– ¿Sería viable que los vecinos callejos del certamen que quisieran pudieran dar públicamente a conocer (y mostrar aunque horas contadas a convenir con los promotores del festival) las mejores credenciales que encierran de puertas adentro (lo que exigiría de los organizadores un potente previo logístico de mailing, entrevistas, etc)? cada cual con su mejor baza (esa receta “de la abuela” que es una bendición, esa colección sensacional, un brocal de pozo no catalogado, un objeto insólito que es toda una reliquia, la planta extraordinaria en el patio privado que es la reina de la casa, etc). Seguro que daría para ser un catálogo promocional topventas de la intrahistoria costumbrista de la ciudad.
– Que su toponimia sea el motor que invada la calle y más allá: en unas porque el personaje que le da nombre hace irrupción estelar dándose a conocer, en otras porque la leyenda que en ella acaeció, según la tradición, cobra vida a la vista de todos…
– Que haya premios por categorías (a la que más ha gustado, a uno/a de sus vecinos, por algún motivo…) en cada edición.
– Que cada edición lleve un lema por bandera, un tema social de fondo.
Las posibilidades son ilimitadas, que cada callejuela se acoja como mínimo a uno de este grupo de ítems… pero que sea festiva y deje huella.
8. Y ¿QUÉ ES ESTO? Nos ha pasado – en la calle Buenos Vinos, en concreto -, que al llegar a ella estaba ya adornada de botellas colgantes (muy a propósito, desde luego), pero nos ha faltado seguir la pista de esta instalación, saber, qué hace ahí, quien la ha ideado y por qué, qué significa, poder seguir incluso a través de un video su proceso de montaje o conocer a los responsables de la transformación ¿se podía consultar en la web oficial?
9. PASEOS GUIADOS: se incluyó los días del festival la apertura al público de las iglesias fernandinas en ruta (y de la ermita del Socorro) pero ya que las callejuelas no están aisladas, sino que tienen “alma” y respiran la vida del barrio, ¿por qué no organizar en varios pases a lo largo del día, rutas que las relacionen unas con otras y de camino descubran otros hitos patrimoniales valiosos?: por ejemplo junto a la referida calleja Buenos Vinos, en la plaza san Juan de Letrán el guía podría explicar el origen de su nombre y que de la ermita que allí hubo, reconvertida en bloque de viviendas, ¿solo? se ha salvado la portada. De ahí tras visitar la parroquia de san Lorenzo, con su magnífica traza gótico mudéjar, admirando en su interior sus pinturas murales y la huella de su primitivo alminar, adentrarse en un templo del buen comer y «buenos vinos» como es la taberna Sociedad de Plateros para dirigirse desde allí al museo de los patios en la calle Trueque
O llegados al barrio de san Andrés, contar la leyenda del “duende” de la calle Mancera (hoy ya no llamada así) y recordar en «su» calle al humanista Fernán Pérez de Oliva autor un estudio en el que defendió, en el s. XVI, la navegabilidad del Guadalquivir. Por el camino te encontrarás con elementos tan nuestros como el pavimento enchinado, el encalado de los muros o ese capitel “de avispero” empotrado en una calle, haciendo esquina…. sin pasar por alto, – nos hablan desde arriba -, los balcones que nos regalan fragmentos poéticos, gracias a la resaca literaria de Cosmopoética, este año bajo el lema cittá de la passione
Así, en su “semana grande”, las Callejas quedarán mejor integradas en su paisaje urbano, (que no tiene desperdicio), porque ellas son ellas y sus circunstancias. Sin ese ambiente y el entorno que las rodea quedan “mutiladas”, desaprovechadas.
10. MÁS ACTIVIDADES POSTFESTIVAL Y PREMIADAS: ha habido estupendos premios por hacer un sencillo y rápido clic “me gusta” y compartir el evento, pero no es suficiente. ¿Por qué no premiamos al seguidor callejero más atento, entusiasta y aplicado -al dedicarle tanto interés al festival – y demostrar así su amor por Córdoba- ? Hagamos de las callejas un desafío: se podría encontrar a el/la mejor por medio de un juego tipo trivial (valga la publicidad) disponible en la web oficial con preguntas (tanto extraídas de los paneles – que tendrían que necesariamente leer- y recordar – como de la observación directa), que pongan a prueba sus conocimientos, memoria, curiosidad, etc. El ganador si que se merece el honor de ser proclamado “callejuelero/a Premium” por su inmersión tan intensa, con todas las letras y los cinco sentidos en la experiencia. Divertido sería organizar sesiones de pasatiempos, – crucigramas, sopa de letras, etc – de temática callejuela claro está, a resolver in situ, y en tiempo récord, compitiendo con los que se animen a jugar entre los allí congregados y coordinado por el equipo de la organización.
Se lo dejamos a ellos, esta lluvia de ideas y las que seguro tienen ya en el candelero. A por todas!
Las Callejas de Córdoba encierran nuestro ADN cultural, son un amenazado y necesario contrapunto a tanta moderna avenida, ruido, ritmos estresantes y estandarización consumista.
Son un honor y también una responsabilidad. Tomemos nota.
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