Córdoba en Córdoba. Eterna. Nutriéndose a sí misma.
Queda claro en esta preciosa columna que nos remonta a los tiempos en que nuestra Córdoba – como capital de la provincia Bética, una de las más importantes de todo el imperio romano – era un referente cultural, urbano, económico, etc. Eso dejó huella y sentó las bases de la ciudad posterior, que vivió de esas rentas…
A nivel material, a pie de calle, se nota: he aquí este fuste estriado con capitel, de mármol, con petrificadas hojas de acanto… ¿sabes de qué orden arquitectónico se trata, verdad?
Seguro que conoces algún otro ejemplo a lo largo y ancho del casco histórico de otras piezas reutilizadas (y salvadas) en edificios posteriores. Es lo que tienen acumular más de 2.000 años de historia continuada, intensa y superpuesta.
¿A qué edificio pertenecería éste, en qué punto de la viuda estaría en origen? ¿Cómo acabó aquí y desde cuando? … haciendo esquina y vigilando a discreción tan animado trasiego … No en vano estamos en la medieval plaza del potro, la picaresca y el ambiente comercial en estado puro.
Fíjate bien:
En qué edificio actual, que nació como hospital fundado por los Reyes Católicos, está apoyada?
y a muro seguido, ¿qué ilustre escritor tiene dedicatoria exclusiva en esta plaza?
Al fondo, «haciendo juego» otra «columna», (uno de los muchos triunfos que dedicamos a nuestro custodio San Rafael), cierra visualmente por el lado opuesto, junto a la ribera y fue realizado por el marsellés Verdiguier en el s. XVIII. Pero ese es otro capítulo, y despierta devoción.
Continuará!