Este convincente Bodegón de Naranjas es un genial «aquí estoy yo» de su autor, Rafael Romero Barros, padre de Julio Romero de Torres, justo al año de llegar a nuestra ciudad, para ocupar la plaza de profesor de la recién estrenada Escuela de Bellas Artes. Con esta obra como su carta de presentación, desde luego, ¡dejó clara su valía! 

Es sabrosa y vitamínica autenticidad.



Pintado al óleo, en 1863, es un homenaje a Córdoba, ciudad en la que vivió el resto de su vida, tuvo 7 hijos más – 8 en total – y donde se involucró activamente en materia cultural, como periodista, escritor, conservador – restaurador y miembro de la Comisión de Monumentos siempre atentamente comprometido en denunciar atropellos al patrimonio de la ciudad. Como pintor tuvo predilección por el paisaje, temas históricos, costumbristas y el retrato.
En el museo de Bellas Artes de Córdoba lo podrás comprobar y detenerte en éste.
Es inevitable




En esta obra, donde todas las edades de la fruta conviven, dio toda una lección magistral a su alumnado, expresando la belleza de lo cotidiano, de lo sencillo y, a la vez, es una didáctica clase de ciencia, admirable también por su realismo y detalles tan minuciosos.
Acompañan a la mesa un alegre ramillete de flores: rosa, verbena, celinda y… ¡Falta una!! ,
a ver si la reconoces
.


Fíjate en la transparencia de la licorera y en el juego de luz y sombra. ¿¿Qué otros elementos completan la escena?? ¿Con cuál te quedas??
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