33 sabias sentencias del célebre Séneca visten este monumento, de paso obligado en la ruta más corta entre las estaciones y el centro urbano… si él, padre del estoicismo, levantara la cabeza no estaría precisamente orgulloso del estado en el que le tienen sus paisanos este homenaje.
Nacieron estos 5 bancos pequeños y 4 semicirculares como cómodo y artístico asiento para rodear la caseta hexagonal en su centro que, a partir de 1922 se convirtió (moderno concepto) en la primera biblioteca abierta, de «sírvase usted mismo» y sin vigilancia de la ciudad. Fue éxito rotundo.



Nos ha traído aquí la ruta por la Córdoba afrancesada, época fascinante que arranca, desde 1808, durante 6 años, y que marcará un antes y un después, sentando las bases de la Córdoba contemporánea ¿Sabes por qué?
Los franceses, como legado positivo, nos trajeron – de justicia es reconocerlo- numerosas medidas higiénicas, el primer plano de la ciudad y un largo etcétera … Siendo Domingo Badía, como prefecto de la ciudad, su promotor – bien se merecería una estatua aquí
, por cierto, (y hay unas cuantas) en este parque que él impulsó -. Este barcelonés tan enamorado de Córdoba tuvo una vida de película como pocas.

Desde aquí reclamamos también pues:
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El arreglo urgente de estos bancos de cerámica tan castigados por la dejadez, graffitis, estragos de botellones… 
más cuando al lado, le toma el relevo histórico la Biblioteca del Estado a punto de inaugurarse
con el nombre «Grupo Cántico». Que se imponga la cultura y la cordura en este enclave.




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señalizar en el pavimento la silueta de la desaparecida caseta lectora, junto con un panel que explique la memoria de este enclave de tan buen recuerdo.



Te esperamos.







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