Albañil herido o Últimos Sacramentos son los dos títulos que recibe este gran (literalmente) lienzo. Mucho más impactante si lo ves, en vivo y directo, en el museo de Bellas Artes de Córdoba.



Murió con sólo 33 años, así que eso truncó una trayectoria artística que prometía, ¿a que si? Tenía talento.



El juego de contrastes es tremendo: la calidad luz del farolillo frente a la fría que irradia el hombre inmóvil en el suelo, la pobreza de la humilde estancia junto al lujoso artificio y solemne autoridad del sacerdote.
Una pincelada suelta consigue crear la atmósfera pesada y triste que se respira en la escena. ¿Qué más te llama la atención? La crítica social es rotunda.

Una obra maravillosa por su calidad técnica, la reivindicación que encierra, la rica composición y su realismo.


¿Vamos a descubrirla más de cerca?



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