¿Conoces la torre de la Malmuerta por dentro, has conseguido entrar? Pues aquí estamos.



Es todo un símbolo urbano, una superviviente, de hecho, también se la llamó «la del Milagro».
En la ruta murallera te la contamos porque es contundente, poderosa y a la vez frágil. No deja indiferente.
Parada obligada por su interés, singularidad y numerosas curiosidades. ¿Sabes por qué ha llegado a nuestros días, librándose del derribo, (como la inmensa mayoría de las que reforzaban la cerca cordobesa), los usos tan dispares que ha acogido (cárcel de nobles, polvorín, observatorio astronómico, despacho de alcalde, sede de los Scout, entre otros muchos), la razón de ser de su nombre y qué hay de verdad en esa leyenda que la ha inmortalizado, sus elementos defensivos…
Porque inspira muchas más, que se lo digan a Lope de Vega y su «Historia de los Comendadores de Córdoba» o al mismísimo Luis de Góngora, quien a sus pies salió mal parado de un duelo amoroso.
Su forma tan original, octogonal y ser albarrana… – Porque adelantada al lienzo de la muralla, estaba unida a ella por un arco -, su control visual de la ciudad y más allá es… digno de comprobarse, como encontrar que las piedras hablan en ella (literalmente) y hay que fijarse.
Hoy su interior acoge la sede de la Asociación de vecinos del barrio que, con motivo de la festividad de la Merced, celebran un programa súper interesante de puertas abiertas que incluye esta visita tan estratégica.
Ojalá fuera más fácil el acceso, tanto físico (empinadas escaleras) como social, ampliando los pases, porque la mayoría de los cordobeses se la pierden y les encantaría.
¿Te apuntas a Ruta amurallada??








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