Arrancamos abril a los pies de la elegante escultura ecuestre de don Gonzalo Fernández de Córdoba, «el Gran Capitán» que ordena y manda la céntrica plaza cordobesa de las tendillas.
¿Habías reparado en esa poderosa frase que se le atribuye? no te dejará indiferente.
Nuestro refranero español también toma nota y lo versiona con, por ejemplo, «agua pasada no mueve molino».
Carpe diem, ¡el tiempo es oro!! 


Este monumento tiene mucho que contar, polémicas incluidas que no falten:
¿por qué está considerado este estratega cordobés, mano derecha de los Reyes Católicos, el padre del ejército moderno? A qué se refieren esos nombres de ciudades que circundan el pedestal, y dónde están? Y por qué su cabeza es de mármol y el resto de la escultura de bronce??

Por cierto, «alguien» mitológico y alado desde un edificio cercano, lo tiene vigilado en altura sin descanso, a él y a todos los que por allí pasamos…


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