Hoy nos adentramos en la ESCALERA DEL MUSEO DE BELLAS ARTES (BBAA) de Córdoba. Para entenderla mejor tendremos que echar la vista atrás y remontarnos al origen del edificio en el que se ubica que, antes de ser este museo, fue Hospital llamado de la Caridad de Nuestro Señor Jesucristo.
Ahí van algunas, solo algunas, curiosidades de él. Perteneció a la cofradía vinculada a la orden de san Francisco radicada en el convento de san Pedro el Real que estaba muy cerca de aquí – queda de él la vecina iglesia de san Francisco y la mitad de su claustro, hoy convertida en plaza, anexa – (no dejes de ir a comprobarlo a escasos 50 metros). Así que son monjes franciscanos los “médicos” encargados de cuidar de los enfermos y de gestionar el funcionamiento del centro, también dedicado a la redención de los cautivos- ya verás cómo el sello de la Orden está presente
Los mismísimos Reyes Católicos se interesaron activamente por este hospital, dándole en 1483 nada más y nada menos que el privilegio de ser Patrimonio Real pasando a considerarse ellos mismos fundadores de su cofradía – aunque había sido fundada por Enrique IV años antes- . Llegó a alcanzar enorme prestigio y proyección en la ciudad, para
Esos años en que los Reyes Católicos residen en Córdoba – donde quedará instalada la Corte- son un periodo
Además de orden franciscana y de los Reyes Católicos como sus protectores y patrocinadores, también estará vinculado a este Hospital el padre del Genio de las Letras españolas, que aquí trabajó como cirujano sangrador a mediados del s. XVI.
La relación de Miguel de Cervantes con Córdoba está sobradamente avalada – la placa de azulejo en la plaza del Potro lo recuerda ¿la has localizado? -: por sus antepasados cordobeses, porque en nuestra ciudad vivió sus años de niñez y aprende sus primeras letras, – (de hecho él mismo se llamó “natural de Córdoba”) –
¿Hasta cuando fue hospital? hasta 1837. Después de varios usos, – incluido el de casa de vecinos – con las correspondientes transformaciones para adaptarlo a sus nuevas necesidades y moradores – en 1862 la Diputación de Córdoba se lo cede a la Comisión de Monumentos para que instale aquí los museos y la Real Academia… ¿Sabías que en este edificio estuvo el germen, el punto de partida, de numerosas instituciones culturales de la ciudad? la Real Academia, la Biblioteca Provincial, el Conservatorio de Música, el Museo Arqueológico,
Pero… volvemos a los siglos medievales, ¿Qué queda de ese primitivo hospital que fue?
Mira para arriba, su cubierta de ARTESONADO, de madera, es una artística armadura de lazo de traza mudéjar, todo un alarde de destreza compositiva y matemática aplicada para el encaje impecable de sus piezas que en perfecta geometría, se entrelazan dibujando estrellas, como si un fragmento de bóveda celeste se abriese sobre la escalera. Alrededor localizarás un cordón como emblema de la orden franciscana. ¿Lo ves? Además de otros elementos, como un friso de escudos pintados alrededor.
Las paredes tienen unas PINTURAS MURALES impactantes por su estado de conservación, dimensiones, sus protagonistas y mensajes… Pueden fecharse en el s. XV. Observa cómo parecen esculturas… el autor, anónimo, consigue dar efecto de relieve a las figuras, lo logra mediante un claroscuro a base de jugar con tonos parecidos a los de la propia piedra – el gris, el amarillo oscuro – en diversas gradaciones. Esta técnica se llama grisalla.
Subiendo a la izquierda nos encontramos un santo. Se trata de SAN JERÓNIMO PENITENTE: medita semidesnudo ante la cruz (así representado le “da juego” al artista para desplegar plásticamente sus conocimientos de anatomía) mientras empuña una piedra con la que se está mortificando y a sus pies una calavera hace de atril que sujeta un libro abierto. Está en el desierto, le acompaña un león, todo ambientado en un paisaje de fondo con un árbol y un edificio… Falta pintura, así que nos preguntamos qué otros elementos habría (pero se han perdido para siempre…), que enriquecerían la composición. Es el patrón de los traductores, sabes ¿por qué? si investigas en su vida lo sabrás así como por qué se refugió en el desierto. Seguro que has tenido áridos “desiertos” que atravesar en tu vida, y de ellos has aprendido y salido fortalecido.


Enfrente, nos recibe, ¡no podía faltar! SAN FRANCISCO DE ASÍS modelo atemporal venerado mas allá de creencias y de la propia Edad Media en la que vivió, como renovador cristiano centrado en la pobreza, el amor a Dios, la fraternidad… ¡Ahí está! descalzo, sin más atavío que una túnica ceñida con una cuerda llevando sobre sí, dando ejemplo, el modelo de vida sencillo que predicaba basado en los ideales de los Evangelios.
En el rellano, como telón de fondo escenográfico, tenemos un CALVARIO y ¡parte de otro!…. esto se merece una aclaración: el situado más centrado en el lienzo de la pared sería el primero y más antiguo, se decidiría después abrir una ventana para dar más amplitud visual y luminosidad a este punto (quizá puedas ver la calle que se abre mas allá, su nombre hace referencia a un oficio gremial…) lo que “romperá” la composición y obliga a rehacer el dibujo, para adaptarse al nuevo espacio disponible. A los pies de Jesús Crucificado, en el Gólgota,a las afueras de Jerusalén,
No pases por alto los CIRCULOS CONCÉNTRICOS
sin duda, son también “de época”… Curiosamente, aparecen recurrentemente en otras culturas como símbolo de eternidad, (en el panel a su lado lo explica mejor). Los autores serían los propios enfermos… ¿quizá allí ubicados en un momento de hacinamiento?, enfermos que con su Crucificado enfrente y cada uno con su propia cruz a cuestas (quizá doloridos, sintiéndose solos, desesperados, aburridos, reconcentrados en

¿Qué otros elementos sobreviven del hospital en el Museo?

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